La devoción de los primeros sábados, tal como la pidió nuestra Señora en Fátima, lleva la aseguranza de la salvación. Para ganar tan grande promesa de nuestra Señora, sin embargo, debe entenderse bien la devoción y llevarse a cabo debidamente. Los requisitos, según los estipuló nuestra Señora, son:
- – Confesión.
- – Comunión.
- – Cinco décadas del rosario.
- – Meditación sobre uno o más de los misterios del rosario por un cuarto de hora.
- – Hacer todas estas cosas en el espíritu de reparación al inmaculado corazón de María.
- – Observar estas prácticas el primer sábado de cinco meses consecutivos.
Nuestra Señora a Lucía: «Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación»
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